ENTRADAS

TRANSGENERACIONAL

INTRODUCCIÓN AL ÁRBOL GENEALÓGICO: TRANSGENERACIONAL

Cuando trabajamos con nuestro árbol familiar hay que tener una premisa muy clara:

Lo vamos a hacer siempre desde la comprensión, el perdón, la gratitud y el amor. Es gracias a nuestros ancestros que estamos en este mundo, en esta vida.

Gracias árbol, familia, por haberme dado esta vida.

Todos los sufrimientos y dolores de nuestros ancestros se guardan en una memoria colectiva, que podemos llamar inconsciente colectivo familiar. Detrás hay una intención positiva (irracional) que es mantenernos alejados de posibles problemas o evitar repetir sufrimientos experimentados por algún antepasado. Por ejemplo, la infertilidad de ciertas mujeres se explica cuando se descubre que en sus árboles hay mujeres que vivieron la maternidad en medio de la violencia, que vivieron con parejas a las que no amaban u odiaban y transmitieron al fruto de esa relación el estigma de este desamor. En los descendientes, esto se expresa en conductas adictivas, violentas, enfermedades o, simplemente, en dificultades para hallar pareja o para tener hijos.

El trabajo con el árbol pretende encontrar de dónde viene esta información o programa, quien en la familia del consultante ha vivido situaciones parecidas que no ha sabido resolver de forma satisfactoria, quedando emociones reprimidas sin expresar. El clan inconscientemente escoge algún descendiente para que pueda resolver estas situaciones de dolor. Para ello el descendiente vivirá otra vez situaciones parecidas en su vida hasta que tome consciencia de ese programa y libere la emoción que lo alimenta. Esto es lo que está viviendo el consultante, pero todo esto le ocurre fuera de contexto y provoca un gran desconcierto e incomprensión en su vida. El planteamiento que debemos hacer al consultante es:

Consultante, tienes la información del clan pero no tienes porque vivir la experiencia.

Así se entiende porque en el árbol familiar buscamos los silencios, aquello que no se ha expresado y ha quedado impreso en el inconsciente colectivo del clan. Podemos buscar entre otras historias dolorosas:

  • Asesinatos, Suicidios
  • Robos, Herencias
  • Adulterios, violaciones, hijos ilegítimos, abortos
  • Los locos, los discapacitados
  • Las muertes inesperadas de niños o familiares
  • Los desaparecidos, los abandonos

Cuidado, no estamos buscando culpables ni juzgando las vidas de nuestros antepasados. Ni tan siquiera pretendemos justificar la vida desafortunada del consultante. Sus ancestros vivieron sus vidas lo mejor que pudieron con la información que tenían disponible en ese momento. Pero se vieron sobrepasados ante algunas situaciones conflictivas, situaciones vividas con gran sufrimiento. Estas situaciones dejaron su impronta latente en el inconsciente del clan. Al consultante se le da la oportunidad para encontrar una solución nueva y diferente, más satisfactoria y que libere al clan del dolor. A la vez el consultante también se  libera de esa información tóxica, esos programas que le hacen vivir experiencias desafortunadas y no deseadas en su vida.

Consultante, has sido el elegido por el inconsciente de tu clan para resolver el conflicto.

El árbol es nuestro mapa del tesoro. En el encontramos toda la información necesaria para entender que todos venimos con programas heredados, algunos muy tóxicos: todos somos víctimas de víctimas. De esta forma los errores de nuestros ancestros pueden ser subsanados gracias a la comprensión y al perdón. Pero hablamos de perdonar no desde el juicio, sino entendiendo que no hay nada que perdonar cuando aceptamos que todos somos inocentes.

Hablamos de un perdón pará salvar. Un perdón que nunca pide nada a cambio; no discute ni hace lista de los errores; no da regalos con doble intención; no da para obtener. Es un perdón que no ve errores, que comprende que uno mismo ha atraído todo lo que le ocurre y que, cuando algo se repite una y otra vez, se trata de una prueba para terminar de perdonar, porque aún queda un ápice de culpabilidad. El consultante debe abrir su mente y entender que la causa del sufrimiento está dentro de él y no fuera de él. Cuando obtiene la respuesta de su sufrimiento, cuando comprende su historia familiar, experimenta un profundo consuelo y se siente en paz. Entonces sabe que su perdón sirve para salvar o, lo que es lo mismo, para sanar.

Cuando el consultante toma conciencia de que sus relaciones tienen que ver con un programa heredado de un ancestro, puede respirar aliviado y desaprender ese programa con un acto pleno de conciencia, libre de emoción y, sobre todo, libre de juicio. Así, el inconsciente ya no recibe la atención necesaria para volver a activarse y repetir las mismas experiencias de dolor. Estas emociones van atadas a una serie de síntomas físicos que también tienen que ver con estos programas, y cuando se desaprende todo ello, el síntoma es liberado y puede ser tratado con cualquier terapia médica. La terapia funciona rápidamente, porque ya no hay nada que la emoción sujete al inconsciente. Decimos entonces que la persona vuelve a nacer o renace; ya puede redirigir su vida.

El síntoma tiene un contexto general, se relaciona con una explicación común de un conflicto emocional. Esto nos permite empezar a indagar y hacer las preguntas pertinentes para alcanzar nuestro gran objetivo: la emoción oculta, la emoción reprimida, transgresora, que se esconde en el inconsciente y que el sujeto procura ocultar mediante explicaciones más o menos racionales. A estas explicaciones las llamamos la historia del consultante, y no debemos escucharlas si no queremos que contamine nuestro inconsciente. Debemos encontrar la historia oculta, la historia que está detrás de la historia. Para ello, se hace imprescindible detectar las emociones que la mantienen oculta, tratarlas para liberar esta historia oculta, la artífice de los síntomas y del mantenimiento de los programas tóxicos heredados de los ancestros.

Nuestras historias son todas mentira. Si fuesen verdaderas, todos estaríamos curados. Vamos a buscar la historia que hay detrás de la historia. A su manera, también lo dice Bruce H. Lipton: “Si queremos cambiar la historia de nuestra mente que programa nuestras enfermedades, tenemos que cambiar las emociones que la sustentan”. No podemos cambiar lo que no se puede cambiar, pero si la emoción con la que lo vivimos. Cuando cambiamos de emoción, el inconsciente lo ve de otra manera. Es automático.

El inconsciente se expresa continuamente en nuestras vidas en situaciones repetitivas que nos hacen buscar soluciones externas, cuando la solución está en los programas aprendidos y heredados de los ancestros, que crean un fantasma de información y lo transmiten a sus descendientes con la esperanza de ser liberados por un acto consciente de ellos. El fantasma emocional resuena en el presente del consultante en emociones que llamamos secundarias o sociales. Nuestro trabajo consiste en buscar la emoción oculta, desvelarla y transformarla para que no cree más resonancia y el consultante pueda experimentar otras emociones libremente, en lugar de emociones encadenadas a un suceso ocurrido en el pasado del árbol transgeneracional.

El árbol genealógico ilumina el camino que estábamos siguiendo inconscientemente y nos hace ver que no somos víctimas de unas circunstancias inamovibles o de algún extraño destino.

Mediante el duelo con los ancestros pretendemos que el inconsciente del consultante se libere de estas cargas familiares que no tiene porque experimentar en su vida. Este duelo se debe hacer siempre desde la comprensión, el perdón, la gratitud y el amor. Aquí no estamos buscando culpables, estamos liberando inocentes: al consultante y a sus antepasados.

Otra forma de entender cómo funciona nuestro árbol es mediante las proyecciones. Estamos proyectándonos constantemente al mundo; proyectamos nuestras creencias, perjuicios y programas almacenados en el inconsciente. El problema es que no nos damos cuenta de ello y llegamos a creer que nuestras proyecciones son la verdad.

Como dijo Carl J. Jung, proyectamos en los demás nuestra sombra, todos los aspectos ocultos o inconscientes de uno mismo, tanto positivos como negativos, que el ego ha reprimido o nunca ha reconocido. La sombra busca situaciones, personas, ambientes, relaciones que le permitan expresarse y así tener la oportunidad de liberarse. Estas proyecciones de la sombra las identificamos con los excesos. Aquello que más nos molesta del otro es lo que uno no sé permite hacer o expresar.

Si vamos al árbol, encontraremos la sombra del consultante al preguntarle qué es lo que más le molesta de sus ancestros. Es muy directo y rápido. Cuando el consultante ve su sombra, toma conciencia y puede integrarla. Luego vuelve a sentir paz en su vida en lugar de desconcierto e incomprensión.

Cuando el consultante toma consciencia, puede cambiar su percepción. El primer paso consiste en cambiar sus pensamientos sobre los diversos acontecimientos. Esto no tendría sentido si los pensamientos no tuvieran influencia, y recobra todo su sentido con el paradigma de la física cuántica. ¡Por fin puede hacer algo por cambiar su vida!

Tenemos libre albedrío, aunque sea muy estrecho y limitado, y esto nos permite cuestionarnos a nosotros mismos y nos conduce a pensar que quizá sí sea posible cambiar algo. Si este algo es pequeño, no importa: con el tiempo, gracias a las nuevas circunstancias que atraeremos a nuestras vidas, en nuestra navegación en este mar de conciencia, el puerto de destino estará muy lejos del puerto inicial. Pero nadie puede cambiar su vida si piensa que es fruto de la casualidad o de factores externos. A esto se llama vivir en un sueño.

Nadie puede despertar de un sueño si cree que no está soñando.

Vivir en un sueño significa no ser consciente de por qué o para qué te ocurren las cosas, de cómo es posible que te enamores de tal persona, o que ciertas historias se repitan continuamente por mucho que intentes evitarlo de forma racional. Estos programas gobiernan tu vida y eres como una marioneta en sus manos. Hay que poner fin a esta situación. Para ello es imprescindible despertar de este sueño, superar la inmadurez emocional para ser un adulto. Ser consciente de que eres el hacedor de tu vida, que debes cambiar de conducta a través de actos conscientes, mantener la mente alerta a todo lo que te rodea, sentir en tu cuerpo los síntomas como un mensaje del inconsciente. Así recuperarás una cierta coherencia emocional, y esta se expresará en tu vida en acontecimientos llenos de congruencia, proporcionándote un sentimiento de paz. Ya no eres víctima, ya sabes que puedes alterar ciertos acontecimientos, y, si no es posible cambiarlos, los puedes vivir de otra manera. Así que empieza a recuperar esa libertad tan anhelada.  Estás despertando, tus sueños ya son lúcidos, puedes vivir tu realidad. El estudio del árbol genealógico es un camino para ello.

Ricard Badia

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PROYECTO SENTIDO

Cuando un niño está en el vientre de su madre, vive los estados emocionales de ella al cien por cien. No existe una separación entre el yo de la madre y el yo del niño. El bebé sigue formándose neuro-fisiológicamente hasta los tres años aproximadamente. Hasta entonces el yo del niño es igual al yo de la mamá. Nuestros niños no se ponen nerviosos, ellos son el espejo en el cual debemos ver nuestro nerviosismo. Nuestros niños son el reflejo de la familia. Nuestros niños no se ponen enfermos, los ponemos enfermos, y muchas veces son reparadores de cargas transgeneracionales.

No se trata de entrar en la culpabilidad, sino de saber y tener conciencia que podemos hacer mucho por nuestros hijos. Si queremos que estén sanos, debemos cuidad nuestras emociones y sentimientos. Nuestros hijos son espejos de lo que rodea a la familia. Parece increíble, pero si reflexionamos y tomamos conciencia de que  la realidad de todas las cosas es la unidad, comprenderemos que hay una unidad bebé-mamá.

El bebé siente como propio lo que le sucede a mamá: sus alegrías, sus tristezas, sus preocupaciones, y lo más importante aquello “no dicho”, lo “no expresado”. A esto le llamamos Proyecto Sentido (PS). Muchas enfermedades, se encuentran programadas en esta etapa de la vida. A nivel racional es difícil de comprender, pero a nivel inconsciente está claro, el Inconsciente Biológico es inocente, y repite las pautas y programas que se instauran en esta etapa tan crítica y fundamental.

El PS es una oportunidad de sanar unos errores que, de no somatizarse en lo físico, no tendrían fin. Carl G. Jung nos diría que el hijo muestra la sombra de sus padres y de sus ancestros y que lo hace a través de los síntomas físicos. La sombra se refiere a las partes desconocidas de nuestra psique, pero también a las partes desconocidas del mundo espiritual. Cuando el bebé está enfermo está mostrando  una parte de la sombra de la madre, luego a medida que va creciendo, va creando otras relaciones o vínculos con el papá, con el hermano, etc.

Cuando se trabaja con el PS, ocurre algo mágico: cuando la madre toma conciencia de todo el problema, el niño presenta una mejoría prácticamente instantánea. Las cosas se resuelven solas, porque nuestro inconsciente lucha por salir y expresarse, y cuando lo hace, desconecta los programas. Nuestro inconsciente quiere emplear toda la energía para vivir, y no para expresar lo “no resuelto” y “lo no dicho”. El proyecto sentido es múltiple, y en sus facetas se encuentran muchos de los programas que luego revivimos cuando somos adultos, por una fuerza del inconsciente que está relacionada con la fidelidad familiar. Romper ese lazo o bloqueo se hace imprescindible para poder vivir  nuestro proyecto de vida libremente y sin condicionamiento.

Algunos ejemplos prácticos de proyecto sentido:

Hijo con identidad sexual invertida: buscaremos si el bebé era del sexo deseado, o no.
Hijo de reemplazo: sustituye a otro que ha muerto o enfermó.
Hijo de reparación: tiene un síntoma para explicar el conflicto familiar.
Hijo cripta: guarda los secretos del clan familiar.
Niño basura: carga con todos los problemas del clan, puede tener mucho síntomas y/o enfermedades.
Hijo de apoyo: la madre se siente sola, desprotegida… necesita alguien para tener apoyo.
Hijo bastón o plan de pensiones: su misión es se el soporte de los padres cuando se hagan mayores, «es su plan de pensiones». Estos niño no viven su vida, no se casan, nunca acaban de marchar de casa y tienden a cuidar de los padres y preocuparse por ellos en exceso.
Hijo de consuelo o niño payaso: hay un sufrimiento en el clan y el niño intenta evitar que estalle.
Niño inexistente: cuando han habido tentativas de aborto o situaciones de no querer tener hijos.
Niño pegamento: su función es salvar el matrimonio.

Y un largo etc…

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ENTRADAS

E-MOCIONES Y SALUD

SOBRE BIONEUROEMOCIÓN

La BNE es la respuesta a la gran pregunta respecto a la salud humana: ¿Para qué nos ponemos enfermos? ¿Para qué se activa una enfermedad en mi cuerpo? ¿Es un fallo de mi biología, de mi naturaleza? ¿Quién o qué lo activa? ¿Somos esclavos de la herencia genética? ¿Tiene esta enfermedad alguna relación con mi estado emocional, con mi psique? ¿O es algo totalmente casual, sin relación alguna con mi vida y mis relaciones con el mundo?

La BNE da respuesta a estas preguntas cuando afirma que los impactos emocionales (psique), producen un impacto o impronta en el cerebro (focos de Hamer), y esto activa una solución biológica inconsciente (enfermedad). Se cierra así el triangulo entre psique (emociones) – cerebro (focos de Hamer) – órgano (enfermedad).

Esta afirmación, la relación psique – cerebro – órgano tiene grandes implicaciones:

TODA ENFERMEDAD TIENE UN CONFLICTO EMOCIONAL ASOCIADO Y SU IMPRONTA CORRESPONDIENTE EN EL CEREBRO

  1. La medicina alopática trabaja en el plano del órgano afectado, en el plano físico.
  2. La BNE trabaja en el plano de la psique, en el plano emocional.
  3. Dr. Hamer estudió el plano cerebral mediante escáner o tomografía cerebral.

Estaremos de acuerdo en que cuando una persona puede abordar su enfermedad desde varios planos en lugar de hacerlo solo en el plano físico, su proceso de sanación es más efectivo. Por otro lado, el hecho que la BNE y la medicina trabajan en distintos planos hace que sean totalmente compatibles y no excluyentes. Demos la bienvenida a la BNE.

Para el Instituto Español de BNE y como dice Carl Gustav Jung,  la enfermedad es el esfuerzo que hace la naturaleza para curar al hombre. Por otro lado el  Dr. Hamer nos indica que la enfermedad es un programa de adaptación biológica con un sentido especial y que está memorizado en las células de todo ser vivo.

La BNE considera a la enfermedad como un programa que se activa ante una situación conflictiva en la vida del consultante. La BNE investiga las causas emocionales que provocan que la biología del consultante exprese esa solución o enfermedad en particular.

…ante un conflicto emocional no resuelto, latente en la psique del consultante, el inconsciente activa un programa de adaptación biológica, una solución biológica concreta…

Es por eso que la BNE utiliza técnicas destinadas a llegar al inconsciente del consultante, para transformar la información y deshacer el conflicto, llegando a la raíz, a su causa original.

La finalidad de la BNE es dar respuesta a los “para que”. ¿Para qué mi biología se expresa de esta manera concreta? Es un camino hacia la toma de consciencia. De esta forma  el consultante comprende los cambios que tiene que hacer en su vida para recuperar la senda de su salud.

Ricard Badia

ENTRADAS

CONFLICTOS

ORIGEN DE LOS CONFLICTOS EMOCIONALES: LOS PROGRAMAS

En BioNeuroEmoción (BNE) tenemos en cuenta tres períodos que influyen en la acumulación de programas, siendo de especial interés aquellos que derivan de emociones no expresadas o conflictos emocionales no resueltos. Estos programas quedan latentes en el inconsciente del consultante y controlan su vida. De forma esquemática lo podemos representar así:

LINIEA DEL TIEMPO

Transgeneracional.

El transgeneracional se refiere a nuestro árbol genealógico, pues a través de vínculos específicos recibimos de algunos antecesores información y programas obsoletos o no adecuados (aunque siempre con una intención positiva, la supervivencia del clan). Esta herencia se encuentra latente en nuestro inconsciente. Son programas que muchas veces están fuera de contexto y por eso no logramos entender lo que nos ocurre en la vida presente.

Proyecto Sentido.

Es el proyecto que depositan los padres cuando conciben a sus hijos. En este proyecto se incluyen las motivaciones que los llevan a concebirlos más todo aquello que proyectan en ellos consciente o inconscientemente. Comienza 9 meses antes de la concepción e incluye el embarazo y el parto, terminando a los tres años de edad. En este periodo es muy importante saber lo que está viviendo mamá, saber los conflictos que envuelvan su ambiente familiar y social y como afectan a su estado emocional. Estas emociones quedarán programadas en la estructurara neurológica del bebé y lo condicionaran durante su vida de adulto.

Nota: la BioNeuroEmoción (BNE) ha demostrado científicamente que los niños, al no tener conflictos propios, en general, manifiestan los conflictos de los padres y en especial los de la madre al estar unidos por un inconsciente común, por un vínculo singular. Metafóricamente podemos llamar a este vínculo «cordón emocional», por su analogía con el cordón umbilical. Esta conexión especial entre la madre y su hijo/a durará hasta que las hormonas los separen (entre los 10-14 años) de forma progresiva.

Nuestra vida Contemporánea o edad cronológica.

Abarca desde la infancia hasta el presente. Aquí más que buscar el origen de los conflictos encontramos los desencadenantes. En esta etapa de la vida solemos tropezar con las mismas piedras con las que tropezaron algunos de nuestros ancestros. También somos presa del proyecto sentido que proyectaron nuestros padres al concebirnos, y en especial del estado emocional de nuestra madre durante el embarazo. Nuestro inconsciente contiene toda esa información heredada que se proyecta en nuestro presente y este hace de puente hacia nuestro futuro. Hay que romper esta dinámica y despertar, o de lo contrario estaremos viviendo las mismas experiencias de una realidad ancestral pasada, fuera de contexto.

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Todo ello conforma el conjunto a estudiar y a tener en cuenta por el especialista en BNE. Todo ello conforma el inconsciente del consultante.

Ricard Badia

ENTRADAS, VARIOS

1ª VISITA

Una primera visita en nuestro centro se estructura en cuatro partes fundamentales. Pero lo primero es un recibimiento y toma de contacto adecuado con el consultante.

ESTRUCTURA DE LA 1ª VISITA

  1. Introducción a la Bioneuroemoción (BNE).
  2. Breve explicación del inconsciente
  3. Ficha del consultante.
  4. Práctica: camino al inconsciente.

1. Introducción a la Bioneuroemoción (BNE)

En la primera parte de la visita se pretende determinar que sabe el consultante sobre la BNE y cuáles son sus expectativas. Luego se le deja muy claro que con la BNE no se pretende “curar” a nadie. Esto lo hace el médico. Lo que si se pretende es aplicar la metodología para que el consultante pueda acceder a la toma de consciencia de la parte emocional, la parte mental inconsciente que da como respuesta una sintomatología concreta o enfermedad.

Como dice Carl Gustav Jung,  la enfermedad es el esfuerzo que hace la naturaleza para curar al hombre. Por otro lado el  Dr. Hamer nos indica que la enfermedad es un programa de adaptación biológica con un sentido especial y que está memorizado en las células de todo ser vivo.

Por tanto en nuestro centro no se habla de enfermedad, se habla de programa de adaptación biológica (lo llamaremos PAB a partir de ahora).

Ante un conflicto emocional no resuelto, latente en la psique del consultante, el inconsciente activa un PAB, una solución biológica concreta. Es por eso que utilizaremos técnicas destinadas a llegar al inconsciente del consultante, para transformar la información y deshacer el conflicto.

La finalidad de la visita es dar respuesta a los “para que” para que mi biología se expresa de esta manera concreta. Es un camino hacia la toma de consciencia. De esta forma el consultante comprende los cambios que tiene que hacer en su vida para recuperar la senda de su salud.

2. Breve explicación del inconsciente

En esta parte se pretende explicar brevemente algunas de las características del inconsciente humano. Estas características permiten aplicar metodologías y técnicas para transformar el inconsciente del consultante y encontrar las causas emocionales que hay detrás de los PAB. El inconsciente se caracteriza por:

  • No distingue entre realidad y ficción. Puede experimentar y sentir sin necesidad que las cosas sucedan físicamente. No distingue el mundo interior mental, de lo vivido en el mundo exterior. P.E. Si se visualiza un limón con los ojos cerrados, ¿qué pasa en la boca?
  • El otro no existe. Es el inconsciente que se expresa a través de él, que hace de espejo.
  • Es inocente. No distingue entre el bien y el mal. Se lo cree todo, como un niño pequeño.
  • Es atemporal. El tiempo no existe. Funciona sólo en el aquí y ahora.

Por lo tanto cuando se trabaja con el inconsciente se utilizan muchos simbolismos y trances, como el duelo transgeneracional. También se experimenta con situaciones ficticias que para el inconsciente son reales.

El consultante tiene permiso para decir lo que quiera y lo que sienta de las demás personas o familiares, aunque para su conciencia sea políticamente incorrecto o sus creencias se lo impidan. El otro no existe ¿verdad? Se pretende que el consultante tome consciencia de sus emociones ocultas liberándolas.

Por otro lado se ha dicho que el inconsciente no juzga, es inocente, como un niño pequeño que además se lo cree todo. Entonces no entiende ni de bien ni de mal, ni de buenos sentimientos y malos sentimientos, ni de emociones buenas y malas. Todas las emociones deben ser expresadas sin juicio alguno.

Finalmente, se pueden buscar situaciones conflictivas en el pasado del consultante puesto que el inconsciente es atemporal, todo pasa aquí y ahora. Para ello se le pide al consultante que las reviva en presente. De esta forma se pueden reprogramar esas experiencias, aportando recursos y soluciones más satisfactorias. Se reprograman experiencias pasadas para que cambie el presente del consultante.

3. Ficha del consultante

Toma de datos para poder encuadrar la consulta y encontrar el punto de partida o conflicto desencadenante. Desde este punto vamos a aplicar todas las técnicas para la toma de consciencia, la liberación de emociones bloqueadas y el re-aprendizaje posterior.

4. Práctica: camino al inconsciente

En esta parte se va a llegar al inconsciente del consultante. Para ello se debe encontrar el sentido del PAB. Se busca aquella situación conflictiva que está o ha vivido el consultante y que provoca que su inconsciente active esa solución biológica, ese PAB. Se parte de lo más genérico para ir profundizando en lo más particular, hasta encontrar la situación conflictiva concreta.

Una vez detectada la situación o experiencia conflictiva toca trabajar con el inconsciente. No se está habituado a este tipo de prácticas así que se puede imaginar que es como entrar en un túnel donde todo está oscuro. El especialista ejerce el rol de guía o acompañante, para que el consultante llegue hasta el final, donde está la luz. El acompañante va siguiendo en todo momento la voz del especialista, dejándose inducir por sus preguntas y afirmaciones.

Se trata de desconectarle del mundo exterior y dejar que su mundo interior, las partes inconscientes bloqueadas que están condicionando su vida, se puedan expresar conscientemente. El consultante va a saber que está en su inconsciente por sus cambios fisiológicos ya que va a experimentar sensaciones físicas en el cuerpo. Es su inconsciente que se expresa a través de este. Aquí está el arte de cada especialista para hacer bien este viaje en el túnel y acompañar al consultante hasta la luz.

NOTA: el feedback con el consultante en cada parte de la visita es fundamental.

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El sentido biológico del síntoma o enfermedad

El sentido biológico del síntoma o enfermedad

29MAY

Cuando uno se pregunta sobre los síntomas que tenemos en nuestro cuerpo, en nuestra biología, muchas veces no encuentra respuestas satisfactorias. Veamos a que me refiero.

Un abuelo mío, ya de mayor, cada vez que se acercaba su aniversario sufría de una infección pulmonar. Lo curioso es que el médico le hacía las pruebas y solo tenía mucosidad en uno de los pulmones. Que pasaba, ¿que el otro no se había enterado de los virus? Y más extraordinario aún, ¿por qué solo enfermaba en su aniversario? ¿Qué clase de inteligencia tenían esos virus que le provocaban la infección, que solo aparecían en esa fecha concreta?

Cuando era adolescente siempre me dolía la rodilla derecha, después de realizar alguna actividad física intensa. Sin embargo, la rodilla izquierda como que no se enteraba, como si no hubiese realizada la misma actividad física. ¿Cómo se explica?

Ya de mayor tuve una infección en los dedos gordos del pié. Empezó en el pié izquierdo y luego se extendió al derecho. Toda la zona de contacto entre uña y carne estaba llena de pus, y tenía muchas molestias al andar. A las pocos semanas perdí las dos uñas y pasaron varios meses antes no pude volver a caminar normalmente. El médico me dijo  que eso serían hongos, que habían causado la infección. Lo que no me supo explicar  es como los hongos supieron saltar de un pié al otro y solo afectar a los dedos gordos.

Estas preguntas que resuenan a menudo en mi cabeza supongo que mucha más gente también se las ha planteado en algún momento de su vida. Tendemos a creer en las explicaciones médicas, o de nuestros padres, o de esa abuela que lo sabe todo. Y aunque no estamos plenamente convencidos,  las aceptamos sin ir un poco más allá, sin cuestionarnos los “porqués” y mucho menos los “paraqués” de los síntomas.

Pero esto no significa que en nuestra sociedad no existan personas, relacionadas con el campo de la salud, que hayan buscado otras respuestas a los porqués y paraqués de la enfermedad: desde verlas como desequilibrios energéticos,  como información que no fluye correctamente por los nervios, visiones más espirituales, explicaciones desde las dietas, desde la astrología, desde el azar, la mala suerte, la magia negra, y un largo etc.

Pero la que sin duda nos interesa a nosotros, y que en su día sorprendió y rompió a la comunidad médica, la desarrolló el Doctor Hamer allí por los años 1980, cuando su hijo murió trágicamente y de forma inesperada. A los pocos meses el desarrolló un cáncer de testículos y su mujer un cáncer de pecho, que acabaría con su vida. El doctor Hamer tubo la brillante idea de relacionar la muerte de su hijo con los cánceres descritos. Como él trabajaba en el departamento de oncología, pudo ver muchos pacientes con cáncer y estudiar las situaciones de vida de estos. Pronto se dio cuenta que todos ellos presentaban conflictos emocionales de gran intensidad, y estos conflictos se podían agrupar por tipologías de cáncer. Entonces entendió que la enfermedad no era casual, tenía un sentido biológico, un por qué y más importante aún, un PARA QUÉ. Así empezó a realizar estudios científicos, y de ahí salieron sus 5 leyes férreas que dieron una visión completamente nueva acerca de la enfermedad: su origen emocional.

Han pasado ya algunas décadas y esta nueva visión se ha ido desarrollando y completando con más conocimientos: epigenética conductual, estudio del transgeneracional (árbol genealógico familiar), inconsciente, emociones, creencias, física cuántica, etc.

Con todo, aparece ese concepto de “sentido biológico” del síntoma que nos invita a pensar que en la naturaleza nada pasa por azar. No es ningún fallo de mi biología que de repente deja de funcionar y enfermo. Hamer explica que en las células hay unas memorias, unos programas de adaptación biológica, fruto de 3.500 millones de años de adaptación al medio. Estos programas permitieron a las células sobrevivir en condiciones excepcionales de emergencia.

Cuando en mi vida se dan determinadas circunstancias, determinadas dificultades, puede que las sepa resolver de manera consciente. Sin embargo, en otras ocasiones viviré una dificultad sin saber encontrar una solución adecuada, y esta dificultad si persiste será interpretada por mi inconsciente, y más concretamente por mi inconsciente biológico. Entonces quien va a dar la solución no seré yo desde la consciencia, será mi mente desde el inconsciente. Y el inconsciente es muy sabio, tiene mucha información y controla toda nuestra biología. Y en este punto puede activar uno de esos programas de adaptación biológica comentados, programas memorizados en todas las células de nuestro cuerpo. A eso le llamamos síntoma o enfermedad. Ese programa de adaptación biológica responde perfectamente al problema o situación de dificultad que estamos experimentando: tiene un “sentido biológico”. Para entenderlo vamos a poner unos ejemplos:

Este es un ejemplo muy sencillo y trivial, pero ya nos permite entender la idea de “sentido biológico”. Cuando llega el verano, cuando la irradiación solar se intensifica, se activa un programa de adaptación biológica que consiste en incrementar la pigmentación de la piel, esto es, nos ponemos morenos bajo el sol. Al oscurecerse nuestra piel, nos hacemos más resistentes a la intensa radiación solar, evitando así que nuestra piel sufra quemaduras.

Otro ejemplo sencillo sucede cuando por ejemplo nos quemamos con aceite caliente. ¿Cómo reacciona la piel? Suele salir una ampolla, una ampolla llena de líquido. Ese líquido hace de aislante, evita que el aceite pueda provocar daños mayores en tejidos orgánicos más profundos. Esa ampolla tiene un sentido biológico: aislar.

Hamer fue un poco más allá en el estudio del cáncer. Hacía experimentos con perros. Les abría el estomago situando un palo de madera en su interior. Luego los cosía, y a las pocas semanas el perro desarrollaba un cáncer de estómago. Luego los volvía a abrir, les quitaba el palo y a los pocos días ni rastro del cáncer. Eso le llevaba a la conclusión que un cáncer de estómago es un programa de adaptación biológica, activado por el inconsciente biológico, cuando hay algo que no se puede digerir. En el caso del perro era un trozo de madera. Pero en el caso de un humano, como el inconsciente no distingue entre real y virtual, lo que no se digiere puede ser que tu hija se haya casado con un pobre de bajo estatus social, o que te toque cuidar de tu suegra en casa. La biología incrementa la función del órgano haciendo más órgano, haciendo más estomago para que puedas digerir.

Este es el caso de un señor que cada final de mes desarrolla piedras en el riñón. El riñón es el órgano que se encarga de gestionar el agua en el cuerpo. ¿Qué explicación podemos aportar aquí desde la medicina oficial? ¿Por qué solo tiene las piedras al final del mes? Vayamos a la pregunta clave para entender el sentido biológico de las piedras al riñón: PARAQUÉ. ¿Para qué mi inconsciente biológico activa este programa de adaptación, de supervivencia? Una piedra en un conducto es como un tapón: impide que el líquido, la orina en este caso, pueda fluir por él. El sentido biológico por tanto es retener líquidos, evita la pérdida de líquidos. Investigando un poco sobre la vida de este señor, resulta que cada final de mes pagaba las nominas a sus empleados. Esto para él era una pérdida de liquidez, de líquido o dinero. Su inconsciente biológico, como solución genera esas piedras en el riñón, para retener el líquido.

Otro ejemplo que nos permite entender el sentido biológico del síntoma es el caso de una mujer que  desarrolló una diabetes. Es bien conocido que la diabetes es una concentración de azúcar en sangre por encima de los niveles considerados normales. Y también sabemos que el azúcar es la energía que utilizan las células para realizar sus funciones. Entonces, ¿para que no entra el azúcar a las células, para que mi inconsciente biológico indica a las células que no quemen ese azúcar? Como la sangre arquetípicamente representa familia, existe una situación familiar en la vida de esa mujer en la cual no debe pasar a la acción, no puede quemar ese azúcar, esa energía. ¿Y qué es lo que pasaba en la vida de esa señora? Vivía en secreto que tenía hijos de su marido e hijos de otro hombre, y claro, si lo contaba su familia se dividía en dos, cosa que no quería: tenía que resistir. Es una situación de resistencia sin poder pasar a la acción, y para ello su inconsciente biológico activa un programa de adaptación, de supervivencia, que le permita resistir desde la inacción, impidiendo que el azúcar entre en sus células.

En el caso del doctor Hamer, su cáncer de testículos era como su biología intentaba dar una solución a la pérdida de su hijo:  facilitando el poder tener otro. Y lo hacía incrementando la función reproductora de su cuerpo, en este caso incrementando el tamaño de sus testículos con un cáncer. Este es uno de los sentidos biológicos de un cáncer de testículos, concretamente en su función como glándula que fabrica los espermatozoides para la reproducción.

Cuando uno empieza a ver que detrás de todo síntoma o enfermedad hay un para qué, hay un sentido biológico y que la naturaleza no hace nada por azar, empieza a cambiar su paradigma en relación a su salud y a la forma como se relación con el mundo exterior. Este nuevo paradigma hace que todas sus preguntas lo devuelven a él, a buscar las respuestas en su interior. Ya no hay nada ni nadie a quien culpar, la responsabilidad pasa a ser individual, de uno mismo. Y esto es así porque cada persona tiene una forma única de vivir un conflicto emocional. Cada enfermedad o síntoma debe interpretarse de forma que tenga en cuenta a esa persona en concreto, su historia de vida. Y desde ahí, la persona toma el control de su vida, se responsabiliza de sus actos y de sus emociones y hace un paso determinante hacia su madurez emocional.

Al igual que la jirafa desarrolló ese cuello largo para poder sobrevivir, para adaptarse al medio, los síntomas y enfermedades solo pretenden darnos un extra de vida para que podamos tomar consciencia de nuestras incoherencias emocionales: hay una situación emocional vivida de forma inconsciente que debe ser atendida, cuanto antes mejor.

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Espero que con las ideas y ejemplos aquí planteados nadie deje de tomarse la pastilla para el dolor de cabeza, pero una vez le pase, se pregunte para qué su inconsciente biológico ha activado ese programa, que sentido biológico tiene. Si no lo sabe ver, estaré encantado en acompañarle hacia la toma de consciencia. Y una vez tome consciencia de la situación que le está activando ese programa, le seguiré acompañando para que pueda realizar los cambios de vida oportunos y recuperar la senda de su salud.

Ricard Badia

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Explicación cuántica del Transgeneracional

Explicación cuántica del Transgeneracional

13OCT

La mecánica cuántica lleva implícito el efecto del observador; sin él no tendría sentido el mundo que percibimos. El observador hace que algo sea por su acto de conciencia, y esta debe estar interrelacionada con todo y con el Todo. Si vemos el mundo que vemos, este mundo tan sólido, es simplemente porque hay un inconsciente colectivo que se expresa en un consciente colectivo, el cual cree que todo es como lo ve. El mundo vendría a ser como una gran pantalla en la que proyectamos nuestras creencias, programas y aprendizajes, que colapsan y dan lugar a lo que denominamos acontecimientos mundanos. Como todo está colapsado, a este mundo se le llama realidad y también mundo sólido: es el mundo de las particular grandes que la ciencia llama newtoniano. El mundo sería la expresión de la conciencia del observador, es un mundo físico sustentado por otra realidad no visible llamada campo cuántico o campo de infinitas posibilidades. El observador consciente sabe que su realidad cotidiana depende de cómo decida observar, con qué conciencia.

Una aplicación práctica del pensamiento cuántico que se deriva de una mente cuántica, parte de la idea de  que todos estamos unidos y que cada uno es el observador de este mundo. El observador sabe algo que es de vital importancia, que tiene el poder de decidir cómo quiere ves las cosas, desde la unidad o desde la dualidad. Si el observador mira a su árbol familiar desde la dualidad, pensará que nada tiene que ver con él, que las historias de sus antepasados no condicionan su vida, sus relaciones y sus experiencias en su presente. Si el observador mira su árbol desde la unidad, entonces sabe que su vida está íntimamente vinculada con la de sus familiares.

El pensamiento cuántico, derivado de una mente cuántica, nos devuelve a nosotros mismos la causa de los acontecimientos; esto nos convierte en adultos emocionales. Este hecho molesta a muchos porque ya no pueden ser víctimas, ya no tienen excusas, ya no tienen donde esconderse. Nos obliga a tomar las riendas de nuestra vida y a preguntarnos qué podemos hacer para cambiarla. La respuesta siempre la hallaremos en nuestro interior, en nuestro inconsciente, y por descontado, con la ayuda del árbol familiar.

De alguna forma, hemos olvidado nuestro origen, nuestra fuente, de dónde procede este poder que es el que nos permite crear una realidad acorde con nuestros pensamientos, sentimientos y emociones. Nuestro mundo es la materialización producida por muchas personas que creen que estamos separados de todo lo que nos rodea, un mundo newtoniano, materialista, un mundo fruto del azar, de las fuerzas de la naturaleza, como si esta no tuviera dirección. Parecemos ciegos a la evidencia de que todo lo que nos rodea es un plenum de inteligencia, de cooperación, de adaptación a condiciones externas.

Debe haber alguna conexión entre el mundo material y este mundo invisible que lo sustenta todo y que lo proporciona todo, de la misma manera que debe haber una conexión entre el cuerpo terrenal, la mente y el espíritu que los alimenta.

La mente está dividida, es dual, pero no deja de crear nuestro mundo continuamente a través de estos programas guardados en el inconsciente. Precisamente por todo ello, la información debe guardarse, y se grabará en la parte más recóndita de la mente, a la que llamamos mente inconsciente. Esta información se guarda y se expresa en los acontecimientos diarios hasta que tomemos consciencia, algún día, de quiénes somos realmente y del poder que tenemos.

Esta toma de conciencia nos hace despertar del sueño, nos permite transformar el impacto que produce un acontecimiento, siempre que nos mantengamos lo suficientemente alerta para guiar nuestras emociones en el momento crítico.

La mente cuántica nos permite disponer de un pensamiento abierto a una infinidad de posibilidades, pensamiento que nos devuelve el protagonismo a nuestras vidas y se lo quita a los acontecimientos externos. Es un pensamiento que comprende que todo lo que nos rodea habla de nosotros, que, de alguna forma, lo hemos atraído a nuestras vidas, y que debemos interpretarlo teniendo en cuenta siempre nuestras propias proyecciones, sabiendo que estas proceden del inconsciente y que este solamente desea logra la toma de conciencia para hacer los cambios pertinentes. Esta es la alternativa a seguir soñando con que no podemos influir en nada de lo que nos sucede, sino solo quejarnos y sentirnos desgraciados o desafortunados.

Somos un colapso de ondas de información, somos la materialización de una parte ínfima de la información que el universo contiene en lo que llamamos el campo o matriz. Somos creadores de nuestra vida, y lo hacemos de una forma inconsciente. Nuestra realidad solo es un aspecto de la infinidad de realidades que podemos vivir. Nuestra mente, que nunca deja de crear a través de los pensamientos y sentimientos, se expresa en este campo cuántico y nos hace vivir una realidad, aunque no somos conscientes de que la estamos creando nosotros.

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Este planteamiento se respalda en muchas teorías actualmente asentadas tales como el holograma, los campos morfogenéticos, el entrelazamiento cuántico y la epigenética conductual, entre otros. Vamos a explicar brevemente las ideas que subyacen detrás de estas teorías.

El holograma:

La teoría del holograma fue postulada por Denis Gabor y por ella recibió el premio Nobel de física. Esta teoría afirma que “el todo se encuentra en la parte y la parte se encuentra en el todo”. Nosotros mismos somos un holograma; cada célula de nuestro cuerpo contiene toda la información de este en el ADN de forma que la parte contiene al todo y el todo contiene a la parte.

Karl Pribram teoriza sobre cómo se almacena la memoria, la información en el cerebro, y afirma que se hace de forma holográfica: la memoria se almacena en forma de ondas de interferencia que no se alojan en ninguna célula en particular sino en los espacios entre las neuronas, es decir, en la sinapsis. La memoria esta en cada parte del cerebro y en todo él.

David Bhom expone la teoría acerca del universo implicado y del universo explicado. Bohm llama orden implicado a la matriz de todo y orden explicado a la manifestación de una parte de este todo. Nosotros vendríamos a ser una explicación u orden explicado de una infinidad de información u orden implicado. Mi conciencia se mueve en un mar de información, información que se guarda en el universo implicado. Cuando conciencio algo, se produce un orden explicado, al que llamo mi realidad.

Esto es fundamental para entender como el árbol genealógico guarda la información. En el estudio del árbol el inconsciente es el todo y nosotros somos la parte. Somos la parte que contiene al todo aunque solo expresamos parte de ello, la parte que vendría a ser nuestra consciencia. Cuando hacemos el estudio del árbol genealógico se pretende que el consultante tome conciencia de otra información que se halla oculta tras la información que él ve o interpreta.

Al proponer que el universo es un holograma volvemos a la misma cuestión: ¿vivimos en un mundo real o en una ilusión? Quizá seamos una proyección de nosotros mismos en un mundo que experimentamos como real por la simple razón de que hemos olvidado que se trata de una proyección, convirtiendo así nuestro sueño en una realidad.

Campos morfogenéticos:

La teoría de los campos morfogenéticos habla del concepto de resonancia mórfica. La resonancia mórfica se produce entre miembros de una misma especie, que tienen una memoria colectiva acumulada que resuena en cada uno de sus ejemplares. Es un nuevo enfoque de la biología propuesto por Rupert Sheldrake que destroza las teorías oficiales de la ciencia mecanicista. Rupert Sheldrake cree que la mayor parte de la herencia depende de la resonancia mórfica, y no de los genes. Esto lo ampliaremos con las teorías de la epigenética conductual.

La resonancia mórfica, el principio de memoria colectiva, se puede aplicar al estudio del árbol genealógico. Cada familia, cada clan, tiene su propia memoria colectiva a la que todos sus miembros están conectados, tienen acceso. Esta memoria resuena de distinta forma en cada individuo y es por ello que se establecen distintos vínculos entre ancestros y descendientes.

La comprensión de la resonancia mórfica y del inconsciente colectivo permite conectar cada inconsciente a ese inconsciente colectivo, resonar con él e interpretarlo. El buen especialista en BNE es capaz de resonar con el inconsciente colectivo del consultante, y acompañarlo por el laberinto de su mente hasta encontrar la salida aplicando un recurso que él ya posee, puesto que tiene acceso a toda la información.

Entrelazamiento cuántico:

La teoría del entrelazamiento fue postulada por Niels Bohr (padre de la física cuántica). Una vez que dos partículas subatómicas entran en contacto, siguen influenciándose mutua e instantáneamente a través de cualquier distancia y para siempre. Einstein se oponía a esta idea, la idea de la no localidad, pues nada podía viajar más rápido que la velocidad de la luz.

Más tarde Tom Rosenbaum y Sayantani Ghosh demostraron que el efecto de la no localidad o entrelazamiento cuántico se produce también en las moléculas y no exclusivamente a niveles subatómicos. Claro, estamos hechos de partículas cuánticas, por lo tanto la física cuántica también habla de nuestra naturaleza en su esencia.

Por otro lado, un estudio realizado por la Universidad Hebrea de Jerusalén, demostró que se puede transportar información al pasado. Y esto lo lograron aplicando el entrelazamiento cuántico a través del tiempo.  Se puede entrelazar una partícula que está presente con otra que existió en el pasado.

Para nuestro estudio del árbol genealógico, este concepto de no localidad o entrelazamiento cuántico atemporal nos puede ayudar a comprender como se modifica la información. Podemos cambiar la información contenida en una parte del inconsciente. El concepto de pasado, presente y futuro es puramente mental. La información siempre está presente, aquí y ahora. Tenemos que viajar a ese teórico pasado que nos envía constantemente información de nuestros ancestros para destruirla y descargar la nueva. El vehículo adecuado para ello se llama emoción. Cuando la información se transmite del inconsciente al consciente, podemos cambiar los programas heredados de los ancestros.

Epigenética conductual:

Hurley hace la siguiente afirmación: “Las experiencias de tu abuela dejan marca en tus genes”. Se ha descubierto que estas marcas o memorias ancestrales quedan sintetizadas biológicamente en forma de grupos metilo (-CH3) que se encuentran enlazados con las proteínas o ácidos nucleídos.  Los grupos metilo modifican la forma en que los compuestos actúan en las células o en el cuerpo. Estos grupos se replican junto al ADN a lo largo de un centenar de generaciones. Por otra parte, esos grupos al unirse a un gen alteran significativamente su comportamiento, inhibiendo su transcripción.

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Conceptualmente los grupos metilo hacen de interruptor de los genes, permitiendo que se expresen unos y no otros. Entonces nuestra herencia familiar, como postula Rupert Sheldrake, depende más de la resonancia mórfica que no de los genes. Depende más de la información subyacente en el inconsciente colectivo que no de los genes en sí. En este inconsciente colectivo se encuentran los conflictos emocionales, los programas tóxicos ancestrales, que se transmiten a través de los grupos metilo. Luego, en última instancia, estos grupos metilo acaban activando nuestros genes en función del entorno o medio, de las señales externas que reciben. Y estas señales siempre están filtradas por la percepción de cada individuo.

La BNE con el estudio del árbol genealógico propone que el consultante modifique la información tóxica que ha heredado. Gracias al principio del holograma toda la información del clan está en su inconsciente. Gracias a la ley del entrelazamiento cuántico puede modificar la información y cambiar las emociones latentes de eventos pasados.

El consultante gracias a los campos morfogenéticos y a la epigenética conductual puede comprender que su vida está a merced de esos programas heredados y no condicionada por sus genes. Por último, el efecto observador hace que el consultante despierte del sueño. Al convertirse en un observador consciente sabe que su realidad cotidiana depende de cómo decida observar, con qué conciencia. Entonces el consultante lo tiene todo a su disposición para transformar su vida.

Ricard Badia

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